Pasar muchas horas en la oficina requiere un esfuerzo físico que a menudo ignoramos. Descubramos juntos un pequeño truco para ayudar a nuestra postura.
En la historia del mobiliario, han nacido muchas ideas para ayudar la salud; el objetivo del diseño inteligente es, de hecho, fomentar un uso agradable del mobiliario. La silla ortopédica, o taburete ortopédico, es una de estas pequeñas grandes ideas.
Tanto si hablamos de una oficina real como de amueblar un espacio para trabajar en casa, el horario de trabajo debe ser lo más agradable posible. Si al estrés de estar sentados en una silla incómoda le añadimos el de las cosas que tenemos que hacer, es un milagro que podamos pasar el día sin problemas, así que ¿por qué no empezar al menos por trabajar nuestra postura? De este modo, podemos al menos controlar la forma en que abordamos (literalmente) las horas de trabajo. Un buen comienzo sería optar por una silla ortopédica (o taburete ortopédico, o silla sueca).
Es un producto muy específico, particular en su diseño y en los beneficios que puede aportar. Mucha gente lo confunde con una costosa pieza de decoración, otros piensan que es exclusivo de alguna exótica showroom. Bueno, ProduceShop ofrece varios modelos en su catálogo, pero no sólo; hoy trataremos de explicar por qué, en nuestra opinión, sería mejor optar por este tipo de asiento.
Una forma diferente de sentarse bien
El concepto de silla postural nació en el norte de Europa a finales de los años 70 y principios de los 80. La colaboración entre la medicina, el diseño y la artesanía dio lugar a un concepto de silla que dio un vuelco a la antigua forma de construir sillas; dando el crecimiento exponencial de la «filosofía de las horas extras«, surgió la necesidad de una silla que pudiera ayudar a las personas a afrontar muchas horas de trabajo con el menor esfuerzo posible para la espalda.
Una vez que se comprendió que actuar sobre la postura podía ser la solución, el resultado de varios experimentos de diseño condujo a la silla ortopédica, también conocida como silla postural (que recuerda mucha más a un taburete); un armazón entrecruzado o arco de balancín, un asiento (acolchado o no), sin respaldo (presente en algunos modelos modernos) y un soporte para las rodillas. La sencillez del producto final parece insuficiente para justificar sus beneficios; sin embargo, el tiempo le ha hecho justicia.
Sedentarismo nocivo
El hecho de que se haya concebido un nuevo modelo de silla no invalida la sillería clásica; al contrario, sería una buena práctica alternar entre las dos, para sacar lo mejor de ambas.
La idea básica es, según las últimas investigaciones, evitar el sedentarismo; permanecer demasiado tiempo en la misma posición provoca la comprensión de los discos vertebrales, lo que a largo plazo, además de un molesto dolor, puede provocar problemas mayores. Además, la circulación y la oxigenación de la sangre y los órganos pueden verse afectadas; esto aumenta los niveles de dolor, malestar y estrés, lo que da lugar a dolores de espalda, de las extremidades, dolores de cabeza y riesgos de cronicidad.
Una silla no es suficiente
Como cualquier cambio significativo en los hábitos, la elección de una nueva silla es importante, pero no es suficiente; esta «actualización» debe ir acompañada normalmente de toda una serie de pequeños pasos para poner en práctica la evolución. Un poco como cuando se empieza a ir al gimnasio: sin una dieta adecuada y abandonando los malos hábitos, todos los esfuerzos serán en vano.
Entre los consejos que podemos darte:
- además de una silla ortopédica, también puedes utilizar un escritorio ajustable para crear un puesto de trabajo dinámico y optimizado para cada situación y necesidad.
- la distancia entre el asiento y el escritorio debe ser la adecuada: no demasiado lejos, para evitar inclinarse hacia delante, ni demasiado cerca para evitar la fatiga visual;
- recuerde mantener los codos doblados a 90º sobre la mesa. De este modo, el peso y la tensión se distribuye uniformemente sobre los brazos, los antebrazos, las muñecas y los dedos, sin forzarlos;
- siéntese cómodamente sobre las rodillas y mantiene los pies y los tobillos libres para moverte y girar;
- no te inclines hacia delante, sino que intenta trabajar con todo el cuerpo para mantener la posición correcta.
Entre las muchas ventajas, las más importantes son:
- espada, los hombros y el cuello esten alineados, teniendo naturalmente hacia arriba y sin limitaciones posturales;
- el peso del asiento (y del proprio cuerpo) se distribuye sobre la pelvis y las rodillas, reduciendo la compresión de la columna vertebral;
- se implementa la llamada «postura activa«: de este modo, toda la parte superior permanece activa, implicando y tonificando toda la fascia abdominal, con relativos beneficios;
- descompresión y la oxigenación mejoradas reducen el estés, la tensión muscular, los problemas circulatorios y el dolor.
Un último detalle: ¿cómo los elegimos?
En primer lugar, si ya tienes un distribuidor de calidad, como ProduceShop, los riesgos de encontrarte con productos de mala calidad son nulos. Asegúrate también de la marca de la silla ortopédica, de los materiales utilizados (que deben ser conformes y estar certificados) y de la relación calidad-precio relativa; no pretendas ahorrar de entrada, sino razonar en función del uso y los beneficios que obtendrás con ella.
Dado que probablemente formarán parte de tu puesto de trabajo, smart working u oficina, piensa en los taburetes posturales plegables, que son cómodos de guardar cuando quieras cambiar de asiento; son ligeros, fáciles de plegar y posiblemente también tengan un diseño interesante.
Por último, asegúrate de que el grado de inclinación es el adecuado; tener que inclinarse hace delante, o, pero aún, doblarse hacia atrás, anularía todas las ventajas de tener una silla de este tipo.
¿Un gasto necesario?
Al final, después de todo este razonamiento, podemos decir que sí, absolutamente.
No sólo para los que quieren dar un aporte a la comodidad de sus asientos; si por ejemplo tú diriges una oficina, una empresa, un espacio de coworking, garantizar los empleados, a los colaboradores y a los clientes un asiento cómodo, ortopédico, ergonómico y funcional sólo puede dar un impulso a la sensación general de confort y productividad.